Últimas navidades de Rubén Darío:  Nostalgia y alegría, quejas y villancicos
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Últimas navidades de Rubén Darío: Nostalgia y alegría, quejas y villancicos

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December 18, 2020

Las dos últimas navidades, Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916), -Padre del Modernismo de la lengua española-, las pasó en Nueva York (1914) y Managua (1915). La primera, angustiado por el desempleo, las dificultades económicas y el estallido de la Gran Guerra, en el terrible frío neoyorquino, con afectación pulmonar, separado de Francisca Sánchez y su hijo “Güicho” quienes quedaron en Barcelona. La segunda, con la enfermedad que lo llevó a la muerte, acompañado de la esposa, su pasión de adolescente que lo comprometió en un matrimonio forzado y cuyos lazos fue imposible disolver. En esa ocasión recordó con nostalgia los sabores, olores y melodías de diciembre que siempre, a pesar de su decadencia física y emocional, le agradaron.

El 30 de enero de 1915, el Diario de Centro-América, Guatemala, publicó: “A propósito del día de los Santos Reyes Magos el gran poeta RUBÉN DARÍO que está en Nueva York escribió LA QUEJA DEL ESTABLO”. Este cuento en verso, en donde los animales se quejan y dialogan, también fue publicado en el Diario del Salvador y El Diario Nicaragüense. El poeta está enfermo y triste, los animales se lamentan de su destino terrenal y son consolados por los ángeles, quienes les descubren un secreto divino, ello expresa la angustia y la esperanza del autor a través de la conversación entre la mula y el buey.

El Diario Nicaragüense publicó el artículo: “Alegría en los pesebres”, dice: “Aleluya! EL DIARIO NICARAGÜENSE trae la buena nueva, cantada por un profeta, por Rubén Darío, de que hay un cielo adecuado para las mulas y los bueyes; cielo bien empastado en donde nacerán a sus antojos, guiados por San Simón Cirineo. ¡Dichosas mulas y pobre San Simón!”

Darío apreció nostálgico la Navidad; lo trasladaba a viejos recuerdos de su niñez en León. La anterior fue en 1907, en el retorno a Nicaragua después de 15 años de ausencia, la Gritería la pasó en Masaya, la Navidad y el Fin de Año en Managua. En diciembre 1915 estaba en la capital, en casa de su cuñado Andrés Murillo, junto a Rosario Emelina Murillo. A ello se refiere la publicación del periódico costarricense La Época, el 18 enero de 1916, día del cumpleaños 49 de Darío, con el título: “Croniquillas. La Noche Buena del Poeta enfermo”. El relato cuenta: “La víspera de Noche Buena desde su lecho de enfermo, hizo recuerdos de sus alegrías pasadas en las grandes ciudades, de Europa y América… no olvidó hacer presente, que: no hay alegría más intensa como la alegría del alma española…”. A su mente acudió un popular villancico español, Carrasclás, seguramente tarareó la melodía navideña. “Pero siempre, dice, en medio del bullicio y la alegría, no pudo olvidar en Noche Buena, el viejo y amado León; el acento de las antiguas palabras, y el clamor de las viejas torres. Por eso para él la pasada Noche Buena, ha sido de las mejores: porque desde su lecho de enfermo en la Capital de la Tierra de Lagos, en su propia Patria, digámoslo con palabras ajenas: oyó con placer los cohetes de la medianoche; pasó revista para sus mejores emociones de antaño y al lado de los suyos, al calor del hogar, volvieron, en ronda, a visitarle ¡los dulces sueños de la infancia…!”

Carrasclás. ¡Qué mágico está el niño!

Carrasclás. ¡Qué bonito que esta!

Carrasclás. ¡Qué madre que tiene!

Carrasclás, carrasclas, carrasclas.

…/…

Es un villancico tradicional español del siglo XIX. La palabra tiene varias acepciones: “carracloso”: “a los viejos achacosos se les dice carracioso, o que están hechos una carracia”; “carrancloso”: “achacoso. Referido a una cosa estropeada, medio rota”, y “persona muy movida y que no puede estar quieta”.  La melodía tiene varias versiones con arreglo musical y letra diversa. Darío disfrutó con ánimo infantil y agradables recuerdos, estas fechas, con sus canciones, comidas, aromas y afectos.

Del Diario de Centro-América, sábado 30 de enero,1915: A propósito del día de los Santos Reyes Magos el gran poeta RUBÉN DARÍO que está en Nueva York, escribió:

LA QUEJA DEL ESTABLO

Partieron los pastores y los reyes. Y el Rey –

Niño y sus pobres padres, partieron, por la ley

bárbara del bandido Herodes, ser del diablo.

Entonces en la triste soledad del establo

hablaron, amasando la paja entre los dientes,

los dos dulces rumiantes, más dulces que las gentes,

que habían ofrecido sus alientos y vahos

a Aquel que el Universo hizo brotar del caos.

El diálogo era triste a pesar del aroma

que les dejara el nido de la Sacra Paloma

y el buey decía: Sé que es el Dios de Todo.

Y la mula: Es aquel que nos saca del lodo.

– ¿A quién?

– A todos

– No.

– Pues entonces ¿a quién?

– Al malévolo humano que no nos quiere bien.

– ¿Tú ves el porvenir?

– Es nuestro don, hermano.

Eso tenemos más que el enemigo humano

nuestros ojos tranquilos, que traspasan la aurora,

saben bien lo que vierte el cáliz de la hora.

Somos mudos para el mundano entendimiento,

mas nos entiende el sol, la luna, el campo, el viento

y alguna vez, ten seguro, Jesucristo

se acordará que siendo niño nos ha visto…!

Pero entre tanto, estamos tristes…

– ¡No! Contentos,

dice un Ángel que llega de los vientos

y que llena al instante de un resplandor divino

la cabeza del buey, la testa del pollino.

“Llegará un día en que la redención que os toca

brotará hecha relámpagos de la Suprema Boca

y en que el alma del buey y la mula en un cielo

proporcionado a su dulce y humilde anhelo,

hallen la recompensa del bíblico servicio

en un sagrado, puro y eternal ejercicio”.

– Pero entre tanto –dice la mula– ¿aquí qué haremos?

– Y aquí –prosigue el buey– ¿qué premio lograremos? Y el Ángel:

– ¡Oh, suaves almas! ¡oh, amables bestias!

¡Aquí no encontraréis sino amargas molestias!

Mas os voy a decir, a decir un secreto de Dios

que hondamente interesa sólo a vosotros dos:

vosotros que en Belén fuisteis por Nuestra Luz

os juntaréis con quien compartiera su Cruz.

Y allá en el Sacro Empíreo donde os lleve el deseo

os llevará a pastar San Simón Cireneo…!

RUBÉN DARÍO

New York, 6 de enero de 1915.

 

Roma, 18 de diciembre 2020.

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2 Comments
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    December 28, 2020

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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